“Los diplomáticos no son unos mamones”
Entrevista a Inocencio Arias.
Si pidiese a nuestros lectores que me dijeran el nombre de un diplomático, seguramente no sabrían decir ninguno. Ninguno, salvo Inocencio Arias, el más carismático y polifacético de nuestros diplomáticos, al que solíamos ver con sus inconfundibles pajaritas.
A sus 84 años tiene una lucidez y agilidad mental que ya quisieran para sí muchos de nuestros jóvenes. Se podrá estar más o menos de acuerdo con él, pero sigue hablando claro y se le entiende muy bien.
Inocencio Arias ha sido diplomático, pero también Secretario de Estado, directivo del Real Madrid, profesor universitario, actor, y escritor, entre otras cosas.
De uno de sus libros más divertidos, “Yo siempre creí que los diplomáticos eran unos manones” he tomado prestado el título de esta entrevista y la foto que la acompaña.
Durante mis años como juez en el partido judicial de Vélez-Rubio (Almería) escuché a muchos velezanos hablar de Inocencio Arias Llamas como uno de sus más ilustres vecinos, pues tiene mucha vinculación con Vélez-Blanco, un pueblo precioso que vale la pena visitar, aunque el interior de su imponente castillo fue parcialmente expoliado a principio del siglo pasado hasta llegar al Museo Metropolitano de Nueva York.
No conseguí coincidir con Inocencio entonces, pero ahora hemos convenido que el próximo agosto me dedique uno de sus libros cuando vaya a Vélez-Blanco de visita, lo que haré, gustoso, previo homenaje gastronómico en el Espadín, donde sirven, por cierto, una de las mejores carnes de toda España. Para un juez, siempre es grato volver al que fue su partido judicial. Y más de esta manera.
Pregunta -¿En cuántos de los casi 200 países que hay en el mundo has estado?
Respuesta -Tal vez en ochenta u ochenta y cinco. Tengo grandes lugares, en África, especialmente el Oeste y en Asia (los de la antigua Indochina, etc..). Sin embargo, en Europa o las Américas hay varios países en que he estado más de diez veces.
¿Cuáles consideras que son los mejores países del mundo para vivir, sin contar a España?
Estados Unidos si tienes recursos para sufragar el alquiler viviendo en una gran capital. Luego, quizás, Italia y Portugal.
¿Por qué siendo hijo de notario te decantaste por el cuerpo diplomático y no por otra carrera?
Siempre tuve afición desde los diez años al mundo internacional, leía en la prensa lo de Corea y me intrigaba. Con todo, pensaba que era un mundo inalcanzable para mí (un chaval de pueblo, hijo de viuda, sin contactos y, más importante, sin idiomas). Pensaba intentar notarías.
Acabado derecho me percaté de dos cosas. Mi padre con bastantes años de carrera vivía en un pueblo que no era el suyo, las comunicaciones entonces eran mediocres y si querías ir al teatro, un concierto o un hospital la distancia se te antojaba enorme. (Esto cambiaría brutalmente en una década). Luego, haciendo la última parte de mi milicia universitaria en Madrid conocí a un grupo de diplomáticos y me di cuenta de que los mamones estaban en franca minoría.
Muchos eran gente normal, nada snob, con conocimiento de la actualidad, con intereses similares a los míos etc. Entonces me afloró de nuevo mi gusto por las relaciones internacionales, por acceder a otras culturas, y me dije, si estos lo han logrado tengo que intentarlo. Lo conseguí.
¿Qué percepción se tiene en el extranjero del poder judicial en España?
Hasta ahora buena, sin la menor duda. Últimamente la prensa internacional habla de vez en cuando de problemas en ese mundo, aunque lo que subrayan, cuando lo hacen, es la tendencia colonizadora, absorbente del actual gobierno.
¿Y qué opinión tienes del poder judicial? ¿Cambiarías algo para mejorarlo?
Pondría cortapisas a que el Fiscal General parezca un fiel seguidor de las instrucciones del gobierno, no le quitaría la instrucción a los jueces y sería severo con el funcionario judicial que prevaricase. He encontrado sorprendente que la Fiscalía filtrase datos fiscales de la pareja de Ayuso. Esto en Estados Unidos sería gravísimo, aquí causa menos escándalo.
Después de haber sido directivo del Real Madrid en los noventa, y experto futbolero, ¿conservas la afición al fútbol? ¿Crees que España ganará la Eurocopa de 2024?
La tengo incólume. Soy abonado del Madrid y voy a todos los partidos. Sin excepción. Esta selección española es bastante apañada pero capaz de lo bueno y lo malo. Todos los jugadores tienen clase, ninguno desmerece pero excepcionales sólo veo a Rodri y dentro de muy poco al chaval del Barcelona, a Lamine Yamal.
El polifacético Inocencio colaboró en varias películas con Berlanga y José Luis Garci. Como reconocido cinéfilo, ¿nos recomiendas alguna película reciente que te haya gustado para ver este verano?
Quizás «Anatomía de una caída«. Hay varias más, pero ninguna de este año me ha deslumbrado. Esta temporada he disfrutado más en la tele, incluso viendo películas antiguas como la española «Surcos» o las americanas «El puente sobre el rey Kwai» o «De aquí a la eternidad«.
Para quien quiera comenzar a leer tus libros y no haya leído todavía ninguno, ¿por cuál le recomendarías que empezara?
El más entretenido es «Yo siempre creí que los diplomáticos eran unos mamones» y el más actual, que aún estoy presentando, «Esta España nuestra«.
¿Tienes pensado publicar otro libro en el futuro?
Estoy rumiando hacer uno sobre Hollywood y el cine. Veremos, tengo dudas.
¿Cuándo fue la primera vez que te pusiste pajarita y por qué?
Creo que en segundo de derecho. La llevé intermitentemente y luego la abandoné. Volví a ella hace unos más de cuarenta años y ya soy rehén de la pajarita. Cuando me piden que imparta una conferencia casi me «exigen» que la lleve. Y no puedo defraudar a mis menguantes fans.
A lo largo de tu carrera diplomática, ¿cuál fue tu peor momento?
Como momento en Portugal cuando asaltaron y quemaron nuestra Embajada, el embajador se había refugiado en mi casa y no sabíamos lo que iba a ocurrir. ¿Vendrían a por nosotros? Esto en un país, del que, salvadas unas semanas, tengo un magnífico recuerdo.
¿Y el mejor?
El mejor mi primera época dirigiendo la Oficina de Información diplomática en Exteriores con la UCD. Años después también la dirigí con el PSOE y el PP. Era al principio de la transición y en España había un no despreciable consenso, nada que ver con la polarización y la demonización del adversario de ahora cuando «todo el que no está conmigo es de extrema derecha o incluso un fascista». Y, además, cuando salíamos fuera el prestigio del Rey Juan Carlos y la determinación de Suárez para traer la democracia causaban expectación y, a menudo, admiración. Éramos jóvenes e ilusionados.
Luis Ángel Gollonet Teruel
Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía
Luis Ángel Gollonet Teruel
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